Definición de discipulado: qué significa seguir a Cristo

El discipulado, en el sentido cristiano, significa seguir a Jesucristo. Todo lo que implica el discipulado está explicado en la Biblia, pero en el mundo de hoy, ese camino no es fácil.

Definición de discipulado

• Una definición sencilla del discipulado se encuentra en Glosario de ontología cultural de Lexham: "El proceso de formar a las personas gradualmente en alguna disciplina o forma de vida".
• El mensaje evangélico en la Iglesia primitiva presenta una explicación más detallada del discipulado bíblico: "Convertirse y ser un floreciente seguidor de Jesús que encarna el carácter de Cristo al comprometerse en una búsqueda personal de por vida de la transformación holística y hacerlo dentro de una comunidad de fe afín que está corporativamente comprometida a ser y hacer otros discípulos".
• Y por último, Enciclopedia Baker de la Biblia da esta descripción de un discípulo: "Alguien que sigue a otra persona u otra forma de vida y que se somete a la disciplina (enseñanza) de ese líder o forma".

A lo largo de los Evangelios, Jesús le dice a la gente: "Sígueme". Durante su ministerio en el antiguo Israel, era ampliamente aceptado como líder, y grandes multitudes acudían a escuchar lo que tenía que decir.

Sin embargo, ser discípulo de Cristo exigía algo más que escuchar a Jesús. Él enseñaba constantemente y daba instrucciones específicas sobre cómo comprometerse con el discipulado.

Obedece mis órdenes

Jesús no suprimió los Diez Mandamientos. Los explicó y los cumplió por nosotros, y estuvo de acuerdo con Dios Padre en que estas normas son valiosas.

Enseñó repetidamente que Dios perdona y atrae a las personas hacia sí. Jesús se presentó como el Salvador del mundo y dijo que todo el que crea en él tendrá vida eterna. Los seguidores de Cristo deben ponerlo a él en primer lugar en su vida por encima de todo lo demás.

Amaos los unos a los otros

Jesús dijo que una de las formas en que la gente reconocería a los cristianos es la forma en que se aman unos a otros. El amor fue un tema constante a lo largo de las enseñanzas del Señor. En sus contactos con los demás, Cristo era un sanador compasivo y un oyente sincero. Sin duda, su amor genuino por la gente era su cualidad más magnética.

Amar a los demás, especialmente a los que no son queridos, es el mayor reto para los discípulos modernos, pero Jesús exige que lo hagamos. Ser desinteresado es tan difícil que, cuando se hace con amor, distingue inmediatamente a los cristianos. Cristo llama a sus discípulos a tratar a los demás con respeto, una cualidad poco frecuente en el mundo actual.

Dar mucho fruto

En sus últimas palabras a los apóstoles antes de su crucifixión, Jesús dijo: "Esto es para gloria de mi Padre, que deis mucho fruto, mostrándoos discípulos míos" (Juan 15: 8).

El discípulo de Cristo vive para glorificar a Dios. Dar mucho fruto, o llevar una vida productiva, es el resultado de rendirse al Espíritu Santo. Ese fruto incluye servir a los demás, difundir el Evangelio y dar un ejemplo piadoso. A menudo, el fruto no son actos "eclesiásticos", sino simplemente el cuidado de las personas en el que el discípulo actúa como la presencia de Cristo en la vida de otro.

Hacer discípulos

En lo que se ha llamado la Gran Comisión, Jesús dijo a sus seguidores que "hicieran discípulos a todas las naciones..." (Mateo 28: 19).

Uno de los deberes fundamentales del discipulado es llevar las buenas nuevas de salvación a los demás. Para ello no es necesario que un hombre o una mujer se conviertan personalmente en misioneros. Pueden apoyar a organizaciones misioneras, dar testimonio a otras personas de su comunidad o simplemente invitar a la gente a su iglesia. La iglesia de Cristo es un cuerpo vivo y en crecimiento que necesita la participación de todos los miembros para mantenerse vital. Evangelizar esun privilegio.

Niégate a ti mismo

El discipulado en el cuerpo de Cristo requiere valor:

Los Diez Mandamientos advierten a los creyentes contra la tibieza hacia Dios, contra la violencia, la lujuria, la avaricia y la deshonestidad. Vivir en contra de las tendencias de la sociedad puede acarrear persecución, pero cuando los cristianos se enfrentan al maltrato, pueden contar con la ayuda del Espíritu Santo para resistir. Hoy, más que nunca, ser discípulo de Jesús es contracultural. Todas las religiones parecen ser toleradas exceptoEl cristianismo.

Los doce discípulos de Jesús, o apóstoles, vivieron según estos principios, y en los primeros años de la Iglesia, todos ellos menos uno murieron como mártires. El Nuevo Testamento da todos los detalles que una persona necesita para experimentar el discipulado en Cristo.

Lo que hace único al cristianismo es que los discípulos de Jesús de Nazaret siguen a un líder que es plenamente Dios y plenamente hombre. Todos los demás fundadores de religiones murieron, pero los cristianos creen que sólo Cristo murió, resucitó de entre los muertos y está vivo hoy. Como Hijo de Dios, sus enseñanzas proceden directamente de Dios Padre. El cristianismo es también la única religión en la que toda la responsabilidad de la salvaciónrecae en el fundador, no en los seguidores.

Comienza el discipulado de Cristo después de una persona se salva, no a través de un sistema de obras para ganar la salvación. Jesús no exige la perfección. Su propia justicia se acredita a sus seguidores, haciéndolos aceptables a Dios y herederos del reino de los cielos.