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Los monjes y monjas trapenses fascinan a muchos cristianos por su estilo de vida aislado y ascético, y a primera vista parecen una herencia de la época medieval.
Monjes trapenses
- Los monjes trapenses, o trapenses, son una orden católica romana (la Orden del Císter de la Estricta Observancia) fundada en Francia en 1098.
- Los monjes y monjas trapenses son conocidos por su estilo de vida de abnegación extrema, aislamiento y dedicación a la oración.
- El nombre Trapenses procede de la abadía de La Trappe, donde Armand Jean de Rancé (1626-1700) introdujo reformas en la práctica cisterciense en el siglo XVII.
- Los trapenses siguen de cerca la Regla de Benito.
La orden cisterciense, matriz de los trapenses, se fundó en 1098 en Francia, pero la vida en los monasterios ha cambiado mucho a lo largo de los siglos. La evolución más evidente fue la división en el siglo XVI en dos ramas: la Orden Cisterciense, o de la común observancia, y los Cistercienses de la Estricta Observancia, o trapenses.
Los trapenses toman su nombre de la abadía de La Trappe, a unos 85 kilómetros de París (Francia). La orden incluye tanto monjes como monjas, que reciben el nombre de trapenses. En la actualidad, más de 2.100 monjes y unas 1.800 monjas viven en 170 monasterios trapenses repartidos por todo el mundo.
Tranquilo pero no silencioso
Los trapenses siguen de cerca la Regla de Benito, un conjunto de instrucciones establecidas en el siglo VI para regir los monasterios y el comportamiento individual.
Existe la creencia generalizada de que estos monjes y monjas hacen voto de silencio, pero nunca ha sido así. Aunque hablar está totalmente desaconsejado en los monasterios, no está prohibido. En algunas zonas, como la iglesia o los pasillos, la conversación puede estar prohibida, pero en otros espacios, los monjes o monjas pueden conversar entre ellos o con los familiares que los visitan.
Hace siglos, cuando el silencio se imponía de forma más estricta, los monjes idearon un sencillo lenguaje de signos para expresar palabras o preguntas comunes. Hoy en día, el lenguaje de signos de los monjes apenas se utiliza en los monasterios.
Los tres votos de la Regla de Benito abarcan la obediencia, la pobreza y la castidad. Dado que los monjes o monjas viven en comunidad, nadie posee nada en realidad, salvo sus zapatos, gafas y artículos de aseo personal. Las provisiones se guardan en común. La alimentación es sencilla y consiste en cereales, legumbres y verduras, con pescado ocasional, pero sin carne.
Ver también: Mudita: la práctica budista de la alegría comprensivaLa vida cotidiana de los monjes y monjas trapenses
Los monjes y monjas trapenses viven una rutina de oración y contemplación silenciosa. Se levantan muy temprano, se reúnen todos los días para la misa y se reúnen seis o siete veces al día para la oración organizada.
Aunque estos religiosos y religiosas pueden celebrar su culto, comer y trabajar juntos, cada uno tiene su propia celda o pequeña habitación individual. Las celdas son muy sencillas, con una cama, una pequeña mesa o escritorio y, tal vez, un reclinatorio para rezar.
En muchas abadías, el aire acondicionado se limita a la enfermería y las habitaciones de los visitantes, pero toda la estructura dispone de calefacción, para mantener la buena salud.
La Regla de San Benito exige que cada monasterio sea autosuficiente, por lo que los monjes trapenses se han vuelto ingeniosos a la hora de elaborar productos populares entre el público. La cerveza trapense está considerada por los entendidos como una de las mejores cervezas del mundo. Elaborada por los monjes de siete abadías trapenses de Bélgica y los Países Bajos, envejece en botella a diferencia de otras cervezas, y mejora con el tiempo.
Los monasterios trapenses también producen y venden queso, huevos, setas, dulce de azúcar, trufas de chocolate, pasteles de frutas, galletas, conservas de frutas y cofres.
Aislados para rezar
Benito enseñó que los monjes y las monjas de clausura podían hacer mucho bien rezando por los demás. Se hace mucho hincapié en descubrir el verdadero yo y en experimentar a Dios a través de la oración centrada.
Ver también: Comunión cristiana - Puntos de vista bíblicos y observanciasMientras que los protestantes pueden considerar que la vida monástica no es bíblica y viola la Gran Comisión, los trapenses católicos afirman que el mundo necesita urgentemente oración y arrepentimiento. Muchos monasterios aceptan peticiones de oración y rezan habitualmente por la Iglesia y el pueblo de Dios.
Dos monjes trapenses hicieron famosa la orden en el siglo XX: Thomas Merton y Thomas Keating. Merton (1915-1968), monje de la abadía de Gethsemani, en Kentucky, escribió una autobiografía, La montaña de los siete pisos Los derechos de autor de sus 70 libros ayudan a financiar a los trapenses de hoy. Merton apoyó el movimiento por los derechos civiles y entabló un diálogo con los budistas sobre ideas compartidas en la contemplación. Sin embargo, el actual abad de Gethsemani se apresura a señalar que la celebridad de Merton no era típica de los monjes trapenses.
Keating, que ahora tiene 89 años y es monje en Snowmass (Colorado), es uno de los fundadores del movimiento de la oración centrante y de la organización Contemplative Outreach, que enseña y fomenta la oración contemplativa. Su libro, Mente abierta, corazón abierto es un manual moderno sobre esta antigua forma de oración meditativa.
Fuentes
- cistercian.org
- osco.org
- newadvent.org
- mertoninstitute.org
- contemplativeoutreach.org